Método

Razones estacionales, climáticas o culturales, entre otras, han conformado desde siempre la producción agrícola sujeta a unas posibilidades, a unos tiempos, a unos métodos. El agricultor ha de seguir un orden en las tareas: hay un tiempo para sembrar y otro de cosecha.

 

Sin embargo, el método -o ausencia de éste- como concepto, no puede ser un fin en sí mismo. El método ha de ser esa valiosa herramienta que nos permite aplicar conocimiento a fin de mejorar los resultados. Para lograrlo, el procedimiento ha de servir al progreso en la búsqueda y eliminación del error.

 

Si aceptamos lo anterior, hemos de aceptar también que, en agricultura, trabajar sin un método es errar. Asimismo una metodología que funcionó en el pasado no es necesariamente garantía de eficacia hoy. Por lo tanto, es bueno que las tareas que realizamos y cómo las hacemos estén sometidas a crítica y, si procede, si conviene -no a nuestras teorías sino a nuestros intereses-, sean modificadas. La clave reside en preguntarse: ¿qué resultados se van a obtener aplicando uno u otro método? ¿Cúal nos convendrá más?

 

Desde Sanides impulsamos prácticas eficientes bajo la idea descrita de método, por ejemplo,

  • Defendiendo prácticas de Laboreo de Conservación frente a convencionales porque decididamente van en la línea de

"hacer más con menos"

  • Estudiando el régimen de necesidades y condiciones bajo el que crece un cultivo para optimizar al máximo los recursos nutricionales aportados.
  • Recomendando y actualizando prácticas que mejor sirvan para eliminar malas hierbas, incluso aquellas de difícil control.

En definitiva, ofrecemos a nuestros clientes un método que les pueda ser útil a su propósito de mejora.